Mi primera conferencia sobre viajes

¿Alguna vez han dictado una conferencia sobre el tema que más les apasiona? Pues esta es la historia de mi primera conferencia sobre viajes, y como esto desencadenó una seria de experiencias increíbles.

 

Debo contarles que estas últimas semanas han sido muy pesadas y he tenido jornadas largas, pero he estado muy motivada.  El viajero Sin Itinerario fue el eje central de la charla, ese viajero que no quiere un todo incluido, sino que se arriesga a vivir y conocer los lugares que visita, se guía por las opiniones y comentarios de otros.  La idea era motivar a las personas relacionadas con la educación sobre turismo en San Gil a pensar en ese tipo de viajero en aumento, que busca las cosas más auténticas y diferenciadoras.  Compartí algunas ideas sencillas de implementar que he visto en mis viajes, así como la forma en uso herramientas para planear mis viajes y les recomendé aplicaciones que permiten realizar mercadeo de lugares turísticos fácilmente.  Definitivamente que hoy la publicidad está en las personas como yo que escriben y recomiendan lugares.

 

Casa del Libro Total – San Gil @cltsangil

 

Al llegar al lugar mi mayor sorpresa fueron las hermosas instalaciones de la Casa Del Libro Total dentro del centro comercial el puente en la ciudad de San Gil, que tiene una arquitectura externa similar a una casa típica santandereana, pero al interior es una sala muy moderna con todo para que las personas puedan consultar y leer todos los libros digitales que quieran que se encuentran en su plataforma.  Es por lo tanto un sitio recomendado, porque en ella se encuentra toda la comodidad y tecnología para leer un buen libro:

 

Al finalizar la actividad me encontraba llena de alegría, energía y contenta de compartir conocimientos y experiencias que pueden servir a otras personas, sintiendo que los conocimientos adquiridos logran abrir oportunidades.

 

Algunos asistentes al conversatorio

 

Fue uno de esos días en que parece que todo conspiraba a tu favor, junto a las personas con las que viajé nos fuimos a celebrar al Valle de San José, un pueblo ubicado a 15 km de San Gil por la vía a Charalá (te demoras 20 min), este lugar es reconocido porque venden unos chorizos deliciosos característicos de la región, los llamados Chorizos de doña Eustaquia, un paso obligado.  Los chorizos son pequeños, bañados en una mezcla secreta que contiene guarapo y panela, la verdad son deliciosos y nada irritantes.  El pueblo es pequeño, pero bonito, y un dato curioso es que la iglesia tiene unos parlantes que cuando no hay misa trasmiten música de cuerda para todo el pueblo.  Puedes comer los chorizos en cualquiera de sus dos sedes, no tienes como perderte.

 

Debido a que era tarde fuimos a buscar hotel regresando del Valle, encontramos uno llamado Posada Campestre por la vía que conduce de San Gil a Charalá, pero muy cerca a San Gil.  Como la idea era descansar y poder seguir celebrando.   Me sorprendí muchísimo al ingresar el personal te atiende muy bien, te muestra las instalaciones y comodidades del hotel sin ningún compromiso.  Tomamos la decisión de quedarnos, porque aunque no era muy económico tenía de todo, el clima era increíble y se sentía muy acogedor.  Sentí una conexión especial que luego descubrí a que se debía.

 

Habitación Hotel Posada Campestre – San Gil www.hotelposadacampestre.com

 

Mi habitación estuvo increíble con un balconcito donde pude escribir un poco de esta nota, mientras el rio Fonce hacía eco en el aire.  El hotel no es lujoso, fue una de las cosas que más me gusto, me sentía como en la finca de mi familia cuando era niña.  La sensación era tan acogedora que no quería salir de la habitación.

 

Para relajarme un poco decidí salir a caminar por las zonas verdes y bajar a la piscina a tomarme algo, los senderos te trasladan a un pequeño bosque y la zona húmeda tiene todo para pasar un rato muy agradable.  En esa caminata me encontré a la persona que estaba limpiando las zonas verde, me contó un poco de la bonita historia del hotel, como llevaba trabajando ahí casi 20 años, que le había desde que no había nada; me indicó que unas palmeras gigantes de los senderos él las había sembrado.  Me relató acerca de su jefe, un hombre visionario que un día creyó que podría brindarle a los turistas y Sangileños un lugar diferente.  Con esta historia entendí, un poco más la arquitectura del lugar y me enamoré aún más de sus detalles.

 

Jacuzzi al aire libre junto a la piscina y el río Fonce

 

Por otro lado, y ahora que lo recuerdo, tengo un truco más, que al viajar les va a servir. Es fundamental aprovechar todo cuando viajas, te recomiendo hospedarte en hoteles que cuenten historias, evoquen momentos y tengan vida, porque es muy interesante llegar a sitios que esconden narraciones fascinantes, en este caso el Hotel Posada Campestre es la historia de un emprendedor que fue construyendo a pequeños pasos, lo que hoy es un excelente lugar para descansar.

 

En resumen encontré este hotel un clima mucho más fresco que en la ciudad, incluso no hubo necesidad de usar el aire acondicionado. Tiene piscina, un jacuzzi delicioso, para pasar buenos momentos, hay turco y unos senderos hermosos para caminar donde se escucha todo el tiempo el sonido relajante del río.  El personal es muy amable y todos te explican claramente la información que necesites, las zonas de estar como la recepción y la cafetería son amplias, tiene muchas áreas verdes y el respeto por el sentido natural es interesante, además las habitaciones son bastante cómodas y el Tv funciona de maravilla.

 

Zonas comunes al aire libre – Hotel Pasada Campestre

 

Y luego de esta recarga energética, motivacional y emocional teníamos tanta energía, que decidimos seguir viajando y emprender una nueva aventura, esta vez quisimos conocer la capital dulce de Santander y desde allí recorrer #SinItinerario algunos pueblos de la provincia de Vélez, esta historia aquí no termina, tan solo comienza.

 

Recuerda, los obstáculos son más grandes mientras más te agachas a saltar, arriésgate y viaja, que lo único que vas a perder, lo puedes recuperar.