A Leticia lo conocí después de varios años de tenerlo en mi lista de sitios pendientes por explorar. Luego de encontrar a una amiga que se le midió al reto, nos aventuramos a viajar al Amazonas Colombiano.
Con sólo tres semanas de anticipación compramos los tiquetes de avión, los cuales tuvieron un costo elevado de 550 mil pesos desde Medellín con escala en Bogotá. A Leticia vuelan desde Bogotá las aerolíneas Avianca, Latam y VivaColombia, la entrada en operación de esta última ha hecho que los vuelos bajen de precio, encontrando con anticipación tiquetes de ida y regreso desde Bogotá en 300 mil pesos.
Antes de viajar pregunté con anticipación a todos mis amigos que habían ido y consulté otros blogs de viajeros para ir más preparada, por lo que arrancamos la aventura Sin Itinerario con el pasaje en avión y una reserva de hotel para el primer día en Leticia.
Según lo que había leído enero es una época de lluvias y de aguas altas, y no es muy recomendado visitar la selva por los zancudos, el pantano y el río en creciente; pero mi opinión es completamente diferente. Nosotras nos preparamos tomando Tiamina o complejo B una semana antes del viaje, además llevamos Menticol, Nopiquex y botas pantaneras (aunque allá en todas partes las alquilan). El vuelo que seleccionamos sale al medio día desde Bogotá, el trayecto es largo, casi 2 horas de viaje un poco movidas y con mucha nubosidad, pero sin ningún contratiempo.
En los últimos 30 minutos se puede apreciar un gran tapete de árboles que parece un océano verde, con algunos lagos que se asemejan a islas. Algo importante es que, a pesar de ser un vuelo de casi dos horas y nada económico, la aerolínea te ofrece solamente una bebida y una torta pequeña, es decir, es bueno que almuerces antes o desayunes tarde, para llegar a comer algo en Leticia.
La investigación previa al viaje nos sirvió, evadimos el pago de un “impuesto” de ingreso, porque leímos que no era algo obligatorio. El aeropuerto de Leticia es muy pequeño y nada bonito, al fondo se ve una estructura metálica grande, que es el nuevo aeropuerto internacional que está en construcción. Al salir nos encontramos con nuestra primera sorpresa del viaje, Jesús (Chucho) un nativo que contactamos unos días antes, nos estaba esperando a la salida del aeropuerto, tomamos un taxi al hotel, único medio de transporte permitido en este lugar, el trayecto nos costó 8 mil pesos.
Llegamos al hotel que nos recomendaron, Yarupary www.hotelyurupary.com, nos costó 163 mil la noche para dos personas, pero no nos gustó la habitación y el aire acondicionado era muy ruidoso. Por ser sólo una noche, y ya tener la reservación no dijimos nada, pero hay mejores opciones en la relación precio-servicio en Leticia, pero aclaro, ofrecen un buen desayuno y tiene piscina para el verano debe ser muy necesaria.
Leticia está lleno de motos que representan el mayor peligro para los visitantes, hay poco respeto por el peatón, y es la principal causa de muertes en la ciudad. La mejor opción para transportarse son los Tuk Tuk son motos adaptadas con cubierta para 2 o 3 personas máximo, porque existen muy pocas líneas de buses y los taxis son más costosos.
Salimos con Chucho a revisar los planes que ofrecían las agencias para ir a Puerto Nariño, no nos gustaron los planes que nos ofrecieron. Preferimos ir a comprar directamente los pasajes del “rápido”, un bus intermunicipal que va por el río. Las oficinas de Líneas Amazónicas quedan en el malecón, en una zona comercial, el camino para llegar es un poco feo y sucio, pero según Chucho en Leticia no pasa nada, podíamos andar con tranquilidad por cualquier lugar de la ciudad. El pasaje cuesta 30 mil por persona, y debe comprarse previamente, la vendedora nos pidió llegar al muelle muy cumplidas a las 7:30 am de salida y nos apuntó en una lista de control.
Con la tranquilidad de tener nuestro segundo día de aventura asegurado, iniciamos un recorrido por la ciudad de Leticia. La primera estación fue la plaza de mercado, en donde aún quedaban algunos lugares abiertos y donde se ven innumerables frutas, ajíes y peces; una mezcla de olores y colores imperdibles.
Plaza de Mercado – Leticia
Luego fuimos al museo etnográfico http://www.banrepcultural.org/leticia/museo, una vista importante y recomendada para hacerla antes de iniciar el recorrido por la selva. Tienen una sala con los trajes y fiestas representativos de las diferentes etnias Yagua, Cocama y Ticuna que son de esta zona, además de los Uitoto que fueron desplazados hacia Leticia de la zona del Orinoco por la barbarie. También, tiene una sala de proyección donde se describe como se dio el descubrimiento del caucho en las expediciones a principios del siglo XVIII, las consecuencias de su explotación para el pueblo indígena y cómo la rebelión de unas indígenas viudas contra los españoles, logró generar un mito que terminó dándole el nombre a esta zona del mundo “Las Amazonas”.
Cuando salimos del museo moríamos de hambre, fuimos al restaurante Tierras Amazónicas, es un poco elegante y costoso, pero vale la pena; la comida, cocteles y jugos son deliciosos. Ese día me aventuré a comer Mojojoy a la plancha, es una especia de gusano amazónico, lo sirven como un pincho con 3 gusanos y el delicioso Pirarucú , que es el pescado de las escamas más grandes del mundo, y probamos el jugo de Arazá y Azaí, frutas amazónicas deliciosas!
Con el agua nos fue muy bien, seguimos la recomendación de cargar una botella plástica que recargábamos en los hoteles, solo tomamos jugos en restaurantes, debíamos evitar cualquier complicación. el agua de la región tiene muchos minerales por la alta fosilización de árboles y frutos en el rio, funcionan como un purgante o laxante para los que no estamos acostumbrados.
Esa noche salimos a conocer el parque Santander, el cual es muy visitado por habitantes y turistas, descubrimos que es uno de los pocos sitios de Leticia donde la señal de Tigo funciona. Compartimos un rato con la gente de la ciudad y vimos florecida una Victorias Regia en el lago del parque (algo muy especial porque esto solo pasa cada tres meses y la flor vive dos días). Al llegar al hotel en el bar de la piscina nos ofrecieron tragos exóticos como el Siete Raíces, Chuchuguaza entre otros, al parecer todas con poderes afrodisiacos.
De esta manera concluimos el primer día con grandes historias, no hay escapatoria para una mente aventurera, hicimos de todo y conocimos un gran parte de Leticia. Sí quieres leer más acerca de esta increíble experiencia espera el siguiente post. ¡Un viaje, experiencias y un motivo para seguir conociendo!
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#SoyunaviajeraSinItinerario