Miradores en Rio de Janeiro: Corcovado y Pan de Azúcar

Aprovechando un hermoso día soleado decidimos ir a disfrutar de los famosos miradores de Rio de Janeiro desde los cerros Corcovado y Pan de Azúcar. El Cristo Redentor del Corcovado, considerado una de las maravillas del mundo moderno, que tiene su ingreso donde nos hospedamos en el barrio Laranjeiras, fue el primero en aventurarnos a recorrer.

 

Les comparto dos opciones que conocí para ingresar la primera son unos microbuses que se toman en el parque de Lago do Machado donde pueden llegar en metro, estas realizan el recorrido por carretera hasta el ingreso en la parte superior del cerro y cobran un valor adicional por este transporte expreso y sin filas.  Pueden consultar los costos y condiciones en http://www.paineirascorcovado.com.br/.  Debido a que en Junio es invierno en Brasil, considerado temporada baja, nos decidimos a utilizar la opción tradicional que es llegar a la estación del Tren de Corcovado, el ingreso fue muy sencillo, pero deben tener en cuenta que el pago solo se puede hacer en unas máquinas que no reciben efectivo http://www.tremdocorcovado.rio/.  En temporada alta (Diciembre-Abril) las cosas son muy diferentes es recomendable comprar con anticipación los tiquetes por cualquiera de las dos opciones para evitar filas de muchísimas horas.  El precio del ingreso fines de semana y temporada alta es de $74 reales, nosotras pagamos $61 valor por ser temporada baja y un día de semana como el martes.

 

Para tener en consideración la estación del tren tiene unos baños son súper limpios (en general en todo Rio de Janeiro los servicios sanitarios públicos son muy limpios), también encuentran souveniers para comprar regalitos y agua. Los trenes salen cada 20 minutos desde las 8 de la mañana.  La experiencia en el tren es muy bonita se puede observar la naturaleza y disfrutar de la magia del paisaje de Rio de Janeiro en el ascenso.  El Cristo está a 710 metros sobre el nivel del mar, siendo la mayor altura para observar la ciudad.  Puedes identificar muchos lugares de Rio desde  esta altura porque permite tener una mirada de 360° inigualable.  Afortunadamente cuando nosotros subimos no nos tocó tanta gente y disfrutamos del espacio, en el Corcovado hace mucha brisa, y en las zonas con sombra hace un poco de frio en esta época.  Pero es una visita que no puede faltar cuando visites esta hermosa ciudad.

 

 

Luego decidimos ir a conocer las playas de Flamenco y Botafogo porque, aunque no son las más populares tienen la vista más bonita de Río, además son playas que el Carioca usa para salir de la rutina y despejar un poco la mente, puesto que están en una zona mucho más urbana. Estos dos barrios no están en muchas de las recomendaciones que uno lee de Rio de Janeiro, pero vale la pena caminarlos, en ellos hay mucha actividad comercial, deliciosos restaurantes, muchas historias y se vive el futbol en cada esquina.

 

Al acercarse el atardecer tomamos un taxi que nos llevara a la Plaza General Tiburcio en la zona de Urca, donde queda la estación para subir a la parte más alta del Cerro Pan de azúcar, otro mirador recomendado para disfrutar al atardecer.  El costo del transporte en Rio es alto, un trayecto en bus cuesta $3.8 reales, por otro lado, los recorridos no tan largos que realizamos en taxi costaron entre $12 – $20 reales.   La altura sobre el nivel del mar de este cerro es de menos de 400m, pero su vista es diferente y vale mucho la pena.

 

El costo de ingreso es de $80 reales, este mayor costo es razonable porque para subir a Pan de Azúcar lo haces en un moderno teleférico llamado Bondinho, que permite admirar el ascenso por su diseño transparente de piso a techo.  El sistema tiene dos paradas, la primera en el Morro Urca donde encuentras un pequeño museo de la historia del teleférico, algunos almacenes y miradores en 360°.  Luego debes tomar en otra estación para el segundo trayecto que finalmente te lleva hasta la parte superior del Pan de Azucar, donde hay un mirador aún más grande que permite una vista completa.

 

La vista de pan de azúcar permite convertirse en un espectador del sol ocultandose detrás de todas sus rocas y selvas, las playas van cambiando de color y la verdad es un espectáculo muy bonito que vale la vida presenciar.

 

A diferencia del Cristo Redentor, las instalaciones son más modernas, todo se paga con tarjeta débito, no se puede pagar en efectivo el ingreso.  Les recomiendo comprarlo por aplicación o por la web http://www.bondinho.com.br de esta forma es mucho más rápido y seguro el ingreso.   Aunque el pago anticipado tiene una desventaja, este plan es ideal para realizarlo un día despejado, cosa que es difícil de predecir con mucha anticipación en Rio.

 

Ha sido un día espectacular e inolvidable, el valor de cada actividad puede ser alto pero el disfrutarlo es increíble, y además no se vive esto todos los días.

 

Nuevamente hemos llegado al final de otro entretenido viaje por alguna parte del mundo, hoy puede ser Brasil y mañana…pienso a ver para dónde, sin duda les recalco estos miradores son una visita obligada que les recomiendo, documéntense bien y agenden en su viaje con esta parada, porque son lugares que llenan el alma y alimentan la vida.